La situación de desadaptación que refleja esta película no está tan lejos de la actualidad como nos puede parecer. Quizás antes la negativa era desde un principio, no había ningún tipo de tolerancia simplemente estaba mal visto que dos personas de distinta raza estuvieran juntos, e incluso estaba prohibido por los padres de familia. Ahora, sin embargo, hay una falsa tolerancia, es decir, se hace creer o se inculcan los valores de la tolerancia sin preocuparse de ponerlos en práctica a la hora de la verdad y esto, produce un choque más grande cuando la situación es vivida en primera persona ya que se produce una contradicción total de valores.
En definitiva, como dice el padre de ella en la película y relacionándolo con la teoría de James Funes,” todo se reduce a un problema de pigmento” y no se paran a pensar que detrás de ese pigmento, de ese color de piel, hay una persona con capacidades y habilidades como cualquier otra.
Por otro lado, en esta película podemos identificar muchas actitudes y comportamientos ante la situación en la que se encuentran los distintos personajes de la película:
La criada: su actitud me sorprendió bastante ya que es una actitud muy racista y discriminadora. Aunque ella también es negra juzga a este hombre con desprecio y descaro y piensa que lo único que quiere es aprovecharse de la familia para la que ella trabaja. Tiene una actitud protectora ya que ella se ha encargado de criar y cuidar a esa niña y no quiere que le hagan daño. Veo esta actitud bastante comprensible pero lo que me cuesta comprender es que lo discrimine por el simple motivo de ser negro. Estoy casi segura que si fuese un hombre blanco estaría más receptiva. Pienso que ella misma propicia la discriminación de su raza.
La trabajadora galería: representa a la sociedad. Se limita a cotillear y a entrometerse en las vidas de los demás. Considera que es un “escándalo” que una persona blanca se case con una de color. Representa a todas las habladurías y a lo que llamamos el “morbo” de la sociedad. Esta conducta creo que está propiciada por la gran cantidad de estereotipos y prejuicios la sociedad tiene.
El cura: hace el papel de educador social. En un principio había pensado que este papel lo podían desempeñar las dos madres porque son las dos únicas personas que intentan hacer ver a los demás que no supone un problema el color de la piel para mantener una relación. Pero luego, me di cuenta que éstos dos personajes no podían desempeñar este papel de educador social ya que están inmersos en el problema, mientras que el cura es el personaje que es más externo al problema y que puede mediar entre todos, de hecho lo hace en la charla que mantiene con el padre de ella. Otro detalle importante es que el educador social se adelanta a su tiempo y tiene una capacidad de visión más allá de la norma ya que en aquella época había una norma en algunos países que prohibía el matrimonio entre dos personas de distinta raza. Esto lo podemos relacionar con el referente normativo, ya que las personas nos adaptamos a la norma socialmente interiorizada y generalizada y no somos capaces de mirar más allá. El educador social nos hace ver otras posibles posibilidades, nos ayuda a “desaprender lo aprendido”.
Las madres: aquí podemos observar una actitud de sumisión a sus maridos, se puede observar la discriminación de género y el machismo típico de la época (hombres sensatos y mujeres idealistas) y el modelo de familia nuclear ya que dan su opinión pero dejan la última palabra a sus maridos. Ellas no toman decisiones e intentan hacer el papel de mediadoras porque no le dan la oportunidad de adquirir otro rol. Esta actitud tampoco se distancia mucho de la actualidad.
Ella: ha sido engañada porque su familia, al igual que la sociedad, intentan ser políticamente correctos. Le han inculcado desde pequeña unos valores tan tolerantes y de aceptación y respeto que confía ciegamente en la aceptación de sus padres. Pero cuando sus padres viven esta situación en primera persona se produce un cambio de actitud, echan por tierra lo que habían defendido siempre, se produce una doble moral.
Por último, si me encontrara en dicha situación algún día creo que puedo saber a ciencia cierta qué reacción tendría. Sinceramente creo que mi reacción sería muy parecida a la de las madres, al principio, me chocaría un poco la situación pero creo que luego a medida que lo conociera y viera cómo es no me importaría el color de su piel. Pienso que por muy “limpios” que queramos quedar de prejuicios y estereotipos siempre nos quedará ahí un pequeño pensamiento inconsciente que salta cuando veamos algo fuera de lo “normal”. Me gustaría cerrar esta entrada con una actitud de deseo puesto que me gustaría adquirir, por supuesto, en un futuro, una actitud como la del cura de educadora social.
Tengo que decir que la película me ha encantado y me ha hecho ver muchas cosas más claras y que creo que es una buena actividad para repetirla en generaciones posteriores.
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